Sean es un chico que no se adapta a ningún grupo, su única conexión con el mundo son las carreras ilegales, lo que lo ha convertido en el perseguido número uno por la policía. Cuando lo amenazan de cárcel, lo mandan a Japón con su padre. Estando en este país es atraído por el último reto automovilístico que desafía la gravedad: las carreras drift, una mezcla peligrosa de alta velocidad en pistas con curvas muy cerradas y en zigzag. Estas carreras lo llevan a involucrase con la mafia japonesa, el hampa de Tokio y a jugarse la vida.
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